El Grupo Jarama ha instalado en todas sus sedes desfibriladores creando un ESPACIO CARDIOPROTEGIDO, aunque la normativa no lo exige, la realidad es que los primeros diez minutos después de sufrir un paro cardiaco son vitales, cada segundo cuenta y a veces no hay tiempo para llevar un desfibrilador a donde sea necesario. Este equipo es capaz de analizar el ritmo cardiaco de la persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino y efectuar una descrga eléctrica, solo en caso de ser necesario.