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Bridas plásticas vs. bridas metálicas: ¿cuál elegir según tu proyecto?


Admin Blog
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Las bridas son uno de los elementos de fijación más utilizados tanto en instalaciones eléctricas como en bricolaje, fontanería o entornos industriales. Sirven para agrupar, sujetar o fijar cables, tubos o estructuras de forma rápida, sencilla y segura.
Ahora bien, no todas las bridas son iguales. 

Escoger entre una brida de plástico o una metálica no es solo cuestión de estética o precio: depende del entorno, del tipo de carga y de los requisitos de durabilidad y resistencia.
En este artículo te ayudamos a entender las diferencias clave entre ambos tipos de bridas, sus ventajas y desventajas y, sobre todo, cuál elegir según tu proyecto o instalación.

¡Sigue leyendo y elige con criterio!


¿Qué son las bridas plásticas?


Las bridas plásticas, también conocidas como bridas de nylon, son elementos de sujeción fabricados habitualmente en poliamida 6.6 (PA66), un material resistente, flexible y no conductor. También pueden encontrarse variantes con aditivos especiales que las hacen resistentes a los rayos UV, a altas temperaturas o a la exposición química.

¿Qué las hace tan populares?
 Su ligereza, facilidad de uso y bajo coste. Son de un solo uso, y su sistema de cierre por trinquete asegura una sujeción firme con solo tirar del extremo.

Usos habituales

  • Organización y fijación de cables eléctricos
  • Tareas de bricolaje y mantenimiento doméstico
  • Sujeción en sistemas de riego o jardinería
  • Aplicaciones en el sector automoción y en pequeños electrodomésticos
  • Son la opción ideal para trabajos cotidianos donde no hay una exigencia extrema de carga o condiciones ambientales agresivas.


¿Qué son las bridas metálicas?


Las bridas metálicas son elementos de fijación fabricados en acero inoxidable o acero galvanizado, materiales que destacan por su alta resistencia mecánica, durabilidad y comportamiento ante condiciones extremas.

¿Qué las hace diferentes?
 A diferencia de las plásticas, las bridas metálicas están diseñadas para soportar altas temperaturas, ambientes corrosivos, vibraciones y grandes esfuerzos de tracción. Algunas incorporan sistemas de cierre tipo hebilla, tornillo o bola de acero para garantizar una sujeción segura y duradera.

Usos más frecuentes

  • Instalaciones industriales con exigencias térmicas o químicas
  • Sector automotriz, para fijar conductos, cables o mangueras
  • Aplicaciones en exteriores o entornos con exposición prolongada al sol y la humedad
  • Sistemas de climatización o ventilación industrial


Son la elección ideal cuando se necesita una fijación robusta, permanente y resistente en entornos exigentes.

 

Comparativa: ¿En qué se diferencian?

 

 

Aspecto

Bridas Plásticas (Nylon/Poliamida 6.6)

Bridas Metálicas (Acero Inoxidable, ej. AISI 304/316)

Resistencia mecánica

Buena resistencia a la tracción para la mayoría de aplicaciones estándar, aunque inferior a la de las bridas metálicas. Una brida de nylon de alta resistencia (ancha, p. ej. 12 mm) puede alcanzar ~120 kg de carga de rotura (ensayo según norma EN 50146), pero los polímeros resultan inadecuados para cargas muy elevadas o sostenidas: el plástico es más débil que el metal bajo tensión constante y puede deformarse con el tiempo.

Muy alta resistencia a la tracción, adecuada para cargas pesadas y entornos exigentes. Las bridas de acero inoxidable soportan esfuerzos mayores sin rotura ni deformación permanente. Por ejemplo, un modelo estándar de 7,9 mm de ancho soporta unos 120 kg de tracción, y existen versiones metálicas reforzadas que logran valores superiores. Esta robustez convierte a las bridas metálicas en la opción preferida para sujetar elementos de gran peso o en aplicaciones críticas.

Tolerancia al calor y al frío

Limitada a rangos moderados de temperatura. Las bridas de poliamida típicas operan de -40 °C a +85 °C; fuera de ese rango el material pierde propiedades. A alta temperatura el nylon se ablanda y puede deformarse, y a muy baja temperatura se vuelve quebradizo (riesgo de rotura). Además, la exposición prolongada a rayos UV degrada el plástico (a menos que sea un nylon estabilizado para intemperie), acelerando su envejecimiento y pérdida de resistencia.

Amplio rango de temperatura de servicio, manteniendo sus prestaciones tanto en frío extremo como en calor intenso. Las bridas metálicas de acero inoxidable conservan su resistencia incluso desde cerca de -80 °C hasta +500 °C, sin ablandarse ni volverse frágiles. Soportan ambientes de alta temperatura mucho mejor que las de nylon y pueden usarse en zonas expuestas a calor intenso (p. ej. proximidad de motores o maquinaria caliente). Asimismo, el acero inoxidable es inmune a la radiación UV, por lo que la luz solar directa no altera su estructura ni propiedades mecánicas.

Flexibilidad

Muy flexibles y ligeras gracias a la naturaleza del polímero. Pueden doblarse alrededor de superficies irregulares y ajustarse con facilidad incluso en espacios estrechos, recuperando su forma sin romper. Esta flexibilidad facilita la instalación en configuraciones complejas y permite absorber ligeras vibraciones o movimientos del cableado sin aflojarse.

Más rígidas y con menor capacidad de flexión debido al material metálico. Mantienen su forma original y no ceden, lo que puede dificultar su montaje en trayectos muy curvos o en espacios confinados. Son poco adecuadas para aplicaciones que requieran frecuentes reajustes o cierta elasticidad en la sujeción, ya que su rigidez impide acomodarse a cambios de posición o vibraciones como lo haría una brida de nylon.

Duración en el tiempo (Durabilidad)

Vida útil moderada, con tendencia a degradarse con los años, sobre todo en entornos exteriores. El nylon sufre envejecimiento: con el tiempo pierde tenacidad y puede volverse frágil y agrietarse. Factores ambientales como los rayos UV, la humedad y los ciclos de calor/frío aceleran esta degradación. En exteriores, una brida plástica estándar puede requerir reemplazo tras varios años de servicio continuo, aunque las versiones negras con aditivos anti-UV extienden la durabilidad (se reportan hasta ~10 años en condiciones favorables).

Muy alta durabilidad a largo plazo. El acero inoxidable es resistente a la corrosión y no se ve afectado por la luz solar, permitiendo que las bridas metálicas mantengan su integridad durante décadas en servicio exterior. Incluso en ambientes muy agresivos (marinos o industriales), las aleaciones 304/316 muestran una longevidad excelente: por ejemplo, en pruebas de niebla salina ASTM B117, las bridas de acero inoxidable soportan cientos de horas sin corrosión. Gracias a su robustez, requieren reemplazos mucho menos frecuentes que las de plástico, compensando su mayor coste inicial con una vida útil superior.

Entornos de uso recomendados

Instalaciones de interior o exterior moderado, cableado eléctrico y usos industriales comunes sin condiciones extremas. Son la opción estándar para organizar y fijar cables, mangueras y conductos en aplicaciones eléctricas y de bricolaje. Por ser no conductoras, resultan ideales en proximidad de cables eléctricos energizados (evitando riesgos de cortocircuito). Se emplean en tableros eléctricos, electrodomésticos, automoción, etc. En exteriores a largo plazo se recomienda usar bridas de nylon específicas para intemperie (poliamida 6.6 estabilizada contra UV y temperatura) para garantizar un rendimiento adecuado.

Entornos adversos y exigentes donde las bridas plásticas no ofrecen suficiente fiabilidad. Son recomendadas en exteriores severos (altas temperaturas, exposición solar intensa, frío extremo) y en ambientes con agentes corrosivos o humedad: por ejemplo, en la industria petroquímica y offshore se usan bridas de acero 304 o 316 debido a su resistencia en entornos hostiles y salinos. También indicadas en instalaciones solares, navales, ferroviarias o aeroespaciales, donde se exige una sujeción segura bajo vibración, calor y condiciones climatológicas duras. Debe tenerse en cuenta que el acero es conductor: en cercanías de cables pelados o equipos eléctricos sensibles se suelen emplear bridas metálicas con recubrimiento aislante o preferir bridas plásticas para evitar riesgo de cortocircuitos. Asimismo, el peso extra del metal puede ser un factor en aplicaciones móviles o sensibles al peso (p. ej. drones), donde se continúa optando por bridas de plástico.

Facilidad de instalación

Muy fáciles de instalar, a mano y sin necesidad de herramientas especiales. El extremo flexible de la brida permite insertarla y tensarla mediante su mecanismo de trinquete. El corte del sobrante se realiza con tijeras o alicate común, dejando un borde seguro (menor riesgo de cortes que con metal). Gracias a su ligereza y diseño ergonómico, se pueden montar gran cantidad de bridas plásticas en poco tiempo con mínima fatiga para el instalador.

Requieren más herramientas y cuidado en su instalación. Las bridas de acero inoxidable suelen necesitar una herramienta tensora/cortadora para ajustarlas bien, dado que a mano no se logra la tensión óptima. Tras apretar y cortar, el extremo metálico sobrante queda afilado, pudiendo ocasionar cortes o enganches si no se remata bien. Es recomendable usar guantes y seguir procedimientos de seguridad al montarlas. En general, el proceso de instalación es más lento sobre todo cuando se deben colocar muchas unidades.

Precio

Bajo coste unitario. Las bridas plásticas son muy económicas en comparación: una brida estándar de nylon puede costar del orden de 14 a 20 veces menos que una equivalente de acero inoxidable. Por ello se utilizan cuando el factor coste es importante o se prevén reemplazos frecuentes (son la opción más rentable a corto plazo).

Elevado coste relativo. Las bridas metálicas de acero inoxidable resultan más caras – se estiman entre 14 y 20 veces el precio de una brida plástica común – debido al material y procesos de fabricación. No obstante, en aplicaciones de larga duración su mayor vida útil y resistencia reducen la necesidad de recambios, lo que puede justificar el costo inicial más alto a lo largo del ciclo de vida del producto.

 

¿Cuál elegir según tu proyecto?

Consideraciones para elegir:

  • Condiciones ambientales: ¿El entorno es corrosivo, con altas temperaturas o presiones? 
  • Requisitos de resistencia: ¿La brida necesita soportar cargas elevadas o condiciones extremas? 
  • Presupuesto: ¿El costo es un factor determinante en la elección? 
  • Facilidad de instalación: ¿Se necesita una instalación rápida y sencilla? 

Si tu proyecto requiere la máxima resistencia y durabilidad, y las condiciones son exigentes, opta por bridas metálicas. Si el proyecto es menos exigente, el costo es un factor importante y la facilidad de instalación es crucial, las bridas de plástico son una buena opción. 
Te recomendamos también leer el artículo: Cómo elegir la brida adecuada en 5 pasos


Normativas y certificaciones a tener en cuenta


A la hora de elegir bridas, sobre todo en el ámbito profesional o industrial, es importante asegurarse de que cumplen con las normativas y certificaciones vigentes, ya que estas garantizan seguridad, calidad y compatibilidad con los requisitos legales del sector.
Algunas de las más relevantes son:

  • Marcado CE: indica conformidad con los requisitos de seguridad europeos.
  • Certificación RoHS: garantiza que el producto está libre de sustancias peligrosas para la salud y el medioambiente.
  • Certificación UL: habitual en entornos eléctricos y en instalaciones que requieren validación para mercados internacionales.

En instalaciones eléctricas, es imprescindible optar por bridas ignífugas, resistentes al calor y con aislamiento adecuado, siempre verificando que cuenten con la homologación correspondiente para uso eléctrico.
Contar con productos certificados previene riesgos, y facilita inspecciones y auditorías reglamentarias. En Grupo Jarama te ofrecemos bridas con todas las garantías que exige tu sector.

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